Marcos 6:45-52
45 En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
46 Y después que los despidió, se fue al monte a orar.
47 Al llegar la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.
48 Viéndolos remar con gran esfuerzo, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.
49 Viéndolo ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y gritaron,
50 porque todos lo veían, y se asustaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo:
—¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis.
51 Subió a la barca con ellos, y se calmó el viento. Ellos se asustaron mucho, y se maravillaban,
52 pues aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.
Jesús camina sobre el mar
Después de la multiplicación de los cinco panes y los dos peces, la multitud de cinco mil hombres estaban sorprendidos del poder de Jesús y convencidos de que su poder venía de Dios.
Así que decidieron tomar a Jesús por la fuerza y hacerlo rey de Israel. Ellos pensaban que si Jesús podía alimentarlos y usar su poder contra los romanos, podrían conquistar Israel y recuperar el poder que algún día tuvo la nación.
Jesús al saber lo que pensaban hacer, se retiró al monte solo a orar y mando a los discípulos que se adelantasen primero a la ciudad.
Nuestro Señor sabía que su misión no era conquistar imperios terrenales, sino vencer el pecado, así que antes que cualquier tipo de tentación y oportunidad del enemigo llegase, se refugió en la oración con el padre.
Para Meditar
Jesús es nuestro creador y tiene control sobre todo lo que existe. ¿Te imaginas lo que el poder de Dios puede hacer en tu vida? Solo debes darle un espacio en tu vida.
Toda la noche contra la tempestad
Cuanto deberíamos aprender nosotros de esto, la naturaleza del ser humano siempre nos va a llevar a buscar el reconocimiento y la fama, pero Jesús, en vez de buscar eso, decidió buscar a Dios.
Los romanos dividían la noche en cuatro partes llamadas vigilias, cada vigilia tenía tres horas. La primera vigila es el anochecer, de 6 pm a 9 pm, luego tenemos la media noche que va de 10 pm a 12 am, seguida por el canto del gallo de 1 am a 3 am y la última y cuarta vigilia es el amanecer, de 3 am a 6 am de la mañana.
Los discípulos habían entrado en la barca antes de llegar la noche, y mientras Jesús estaba en el monte orando, ellos se encontraban luchando contra el viento en el mar.
Llevaban ya alrededor de 9 horas remando, estaban cansados y apenas habían avanzado 4.6 kilómetros durante toda la noche y les quedaba aún el doble de camino por recorrer.
Jesús camina sobre el mar
Cuando Jesús termino de orar y vio a los discípulos luchando contra el viento desde la orilla, se acercó a ellos caminando sobre el mar. Que gran poder tiene Jesús, la naturaleza está siempre sujeta a Él.
Tenemos que recordar que Jesús es el creador de este planeta. Él esta por encima de las leyes de la física y no hay nada en esta tierra que no este bajo su control, todo cuanto existe le pertenece
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
A pesar de ser Dios, Jesús no camino sobre el agua usando su poder, sino el poder del Padre.
Cuando los discípulos lo vieron, se llenaron de temor y empezaron a gritar asustados creyendo que era un fantasma
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pedro camina sobre el mar
Que increíble es el poder de Dios, no solo controla todo cuanto existe sino que además lo comparte con nosotros si tenemos la fe de pedirle. De los discípulos en la barca solo uno tuvo la osadía de pedirle esto a Jesús, Pedro aún tenía fresca en su memoria el recuerdo de la multiplicación de los panes y los peces. Aún recordaba vívidamente cómo el pan se multiplicaba en sus propias manos y quería volver a experimentar el poder de Dios de manera cercana.
Jesús ya le había enseñado a sus discípulos en otras ocasiones (Ver episodio #36 La puerta angosta), “pedid y se os dará, buscad y hallaréis”, así que Pedro solo estaba reclamando esa promesa de Jesús.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
¡Señor sálvame!
Pedro perdió de vista a Jesús, se dejó llevar por el viento que lo rodeaba; el mismo viento que llevaba luchando toda la noche y tuvo miedo. Ya Jesús lo había dicho antes, el miedo en la vida del cristiano es una muestra de la falta de fe, así que Pedro se empezó a hundir.
Esto mismo nos ocurre a todos los seres humanos cuando dejamos de mirar a Jesús y nos dejamos llevar por las tormentas y tempestades que nos rodean. Si nuestros ojos no están puestos en Jesús siempre nos vamos a hundir.
Pero el amor de Jesús es tan grande, que Pedro solo tuvo que decir dos palabras para recibir la ayuda de nuestro salvador.
¡Señor, Sálvame!. Que palabras tan hermosas, Pedro reconoció inmediatamente su error y busco a Jesús, no lucho por levantarse, no podía, había perdido su fe por el miedo que tenía. Pero frente a él estaba Jesús y sabía que lo ayudaría.
Vive tu fe
En su misericordia y en su amor Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos, y no requerimos rituales sofisticados o tal vez oraciones planeadas y repetitivas. Solo necesitamos un corazón sincero y arrepentido que le diga “Señor, Sálvame” y recibiremos la salvación de parte de Dios.
Hoy quiero invitarte a meditar en el poder de Jesús. El poder creador del universo que esta por encima de todo. No hay tormenta o dificultad que este por encima de nuestro Dios.
Así que hoy puedes estar tranquila y tranquilo, ya que el Dios que te invita a caminar con él, siempre estará dispuesto a buscarte y sacarte de la tempestad.