Debemos buscar a Dios en Espíritu y Verdad

Espíritu y Verdad


Juan 4: 16-26


16 —Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá —le dijo Jesús.
17 —No tengo esposo —respondió la mujer.
—Bien has dicho que no tienes esposo. 
18 Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad.
19 —Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta. 
20 Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén.
21 —Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. 
22 Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos. 
23 Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 
24 Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
25 —Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo —respondió la mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.
26 —Ese soy yo, el que habla contigo —le dijo Jesús.

La mujer junto al pozo



Jesús continúa su conversación con la mujer samaritana invitándola a compartir lo que ha descubierto con su esposo; nuestro señor conocía todos los detalles de la vida de esta mujer. 

Desde la entrada del pecado en la tierra en el jardín del Edén, los seres humano hemos estado separados de Dios por naturaleza, nacemos con una naturaleza pecaminosa que nos lleva a vivir buscando satisfacer los deseos carnales de nuestro cuerpo. 

Pues aun vuestros cabellos están todos contados.


A pesar de la separación que ha causado el pecado, Dios sabe nuestra condición y no hay aspecto de nuestra vida que Él no conozca. 

Por otro lado cada uno de nosotros tenemos una decisión que tomar, Dios no va a obligarte a vivir o a hacer las cosas de una manera u otra. Siempre tendrás la libertad de tomar todas las decisiones que desees. 
Muchas personas hoy se quejan del mal que existe en el mundo y culpan a Dios por todo lo que ocurre en la tierra, más lo malo que lo bueno. 
Cuando algo malo ocurre es culpa de Dios, pero cuando algo bueno ocurre es casualidad, los astros, coincidencia o múltiples cosas pero no Dios. 

Para meditar en Espíritu y Verdad

Nunca podremos culpar a los demás por nuestras acciones, así que sé responsable con tus decisiones y busca siempre consejo en Dios.


Si alguna vez has pensado de esta manera déjame recordarte que toda acción tiene una reacción. 
Así como tenemos libertad de tomar todas las decisiones que queramos, también tenemos la responsabilidad de vivir con la consecuencia de nuestras acciones. 

Dios no es culpable de las consecuencias de tus acciones. Son tus decisiones las que te han llevado al lugar donde te encuentres. 

En el caso de esta mujer, cinco hombres habían pasado por su vida y el que en ese momento tenía como pareja no era su esposo. 
En los días de Jesús, las mujeres que convivían con un hombre que no era su esposo eran condenadas a morir apedreadas por cometer adulterio. Esta mujer al ser samaritana no estaba bajo la misma ley que las mujeres judías, pero aun así eran despreciadas por la sociedad en general. 

La verdadera adoración


Jesús continúa su enseñanza a la mujer haciéndole énfasis en que crea en sus palabras. 
Créeme, mujer. Le dijo Jesús, se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad. 

Jesús quería dejar claro en la mente de la mujer que ella no necesitaba pertenecer a una nación o vivir en una ciudad especifica para poder adorar a Dios. Ella solo necesitaba adorar al Padre en espíritu y en verdad. 
Esto significa, que para adorar a Dios solo necesitas buscarlo con un corazón sincero en el lugar donde estés y vivir de acuerdo a la verdad de su palabra. Vivir haciendo la voluntad de Dios. 

Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo —respondió la mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.
—Ese soy yo, el que habla contigo —le dijo Jesús.
Juan 4:25-26


Vivir en Espíritu y Verdad


La respuesta de la mujer nos indica que ella conocía las escrituras, pero había vivido hasta ese entonces una vida alejada de Dios. 

Hoy quiero que sepas que Jesús, El mesías, el hijo de Dios. Quiere extender esta misma experiencia para todos nosotros. Ese fue el objetivo de su vida en esta tierra, llamarnos a adorarlo en espíritu y en verdad.

Jesús conoce toda tu vida, Él conoce las consecuencias de tus acciones y no importa a donde te haya llevado tu vida Dios nunca se ha apartado de ti. 
Acércate a Dios con fe. Haz lo mismo que hizo la mujer samaritana y cree en Jesús. No olvides que Él es el único que puede ofrecerte vida eterna.  

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