Juan 3:11-21
11 De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, testificamos; pero no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales?
13 Nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
16»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas,
20 pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto.
21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Es necesario creer en Jesús
Jesús quiere mostrarnos por medio de esta enseñanza el verdadero objetivo de su ministerio, Él vino a este mundo a pagar el precio por la salvación de la humanidad.
En un inicio, Jesús había creado al hombre en santidad y con la oportunidad de vivir eternamente, pero el pecado entro al mundo en el momento que Adan y Eva desobedecieron a Dios.
Desde ese momento, todos los seres humanos perdimos la oportunidad de vida eterna que Dios le había entregado a la humanidad en la creación.
Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
En Romanos 6:23, Pablo nos explica que la recompensa por el pecado es la muerte; así que el pecado es el culpable de la muerte y el dolor que hay en este planeta.
De tal manera amo Dios
El objetivo de Jesús al venir a este mundo, era entregar su vida y pagar el precio por nuestra salvación.
Y ya que el pecado requiere la muerte del pecador, Jesús necesitaba vivir una vida limpia de pecado para luego poder entregarse a sí mismo en rescate por la humanidad.
Que gran amor tiene Jesús por nosotros, Él quiere restaurar la vida eterna que en un principio tenía la humanidad.
Todos los milagros y señales de Jesús se quedan cortos si los comparamos con su sacrificio en la cruz.
Nuestro Dios sabía que el único camino para salvar a la humanidad era entregar a su hijo, traerlo a esta tierra a vivir sin pecado y luego morir en lugar de nosotros.
Un sacrificio de amor
Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
La muerte de Jesús no eliminaría el pecado; después de su muerte siguió existiendo la maldad y la muerte aún existe en nuestro planeta. (Ver episodio #8 Junto a Dios todo es posible)
Pero La muerte de Jesús nos garantiza la oportunidad de salvación.
En el Juicio, frente al tribunal de Dios, Jesús colocará su muerte frente a todo a aquel que haya creído en Él mientras vivía.
En ese momento se hará efectiva nuestra salvación; como pecadores deberíamos morir en el juicio, pero Jesús colocara su muerte y pagará la recompensa por todo aquel que crea en Él.
El regalo de la salvación.
El regalo más grande que Jesús puede ofrecer es su vida y ya la dio por nosotros. Jesús ya dio su vida por ti. Deberíamos entonces preguntarnos que es creer en Jesús.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él
De este texto podemos entender que creer en Jesús es vivir una vida de acuerdo a sus enseñanzas, de acuerdo a sus mandamientos; o puesto de otra manera vivir como vivió Jesús.
Vive tu fe
Hoy quiero invitarte a meditar en el sacrificio de Jesús. Es un sacrificio gratuito, nuestro Dios lo ofrece sin precio para todos los seres humanos.
Que hermoso, ¿verdad?. A pesar de toda la maldad que hay sobre esta tierra Dios ha hecho todo lo posible para salvarnos del pecado.
No olvides que lo único que debes hacer para recibir este regalo es creer y vivir para Jesús.