Juan 10:7-13

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores, pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene, sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 »Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan las ovejas.

El Buen Pastor

Una vez más vemos aquí el énfasis que hace Jesús en cuanto su relación con nosotros. En su deseo de redimirnos se hace, cada vez más claro, que Jesús hizo todo lo que estuvo a su alcance por nuestra salvación.

Y es por esto que nos encontramos que Jesús cumple varias funciones al mismo tiempo con el objetivo de alcanzarnos. En este caso Jesús es el buen pastor, pero al mismo tiempo es la puerta. Es Él quien da la vida, pero también quien la sustenta. (Ver estudio bíblico: El Sacrificio de Jesús)

Por medio de esto, Jesús quiere mostrarnos lo importante que somos para Él. Tan importantes que fue capaz de entregar su vida por nosotros.

Muy diferente a Jesús es el ladrón. Mientras Jesús viene con verdad, buscando tener una relación con nosotros para que le conozcamos a él y tengamos vida eterna. El ladrón llega engañando, con el objetivo de hurtar las ovejas, matarlas y destruir la obra de Dios.

El buen pastor es aquel que, como dijo Jesús, se entrega de manera desinteresada por su redil. No le importa su propia seguridad o su vida, sino la seguridad de las ovejas. Está siempre buscando de manera activa el bienestar de su redil. Buscando pastos verdes y un valle seguro a donde llevar a su rebaño. Toda esta labor la realiza el buen pastor.

Qué insensato sería que una oveja pensara que su seguridad y comodidad proviene de ella misma. La realidad es que esto no ocurre así, ellas siempre están atentas a su pastor, y lo conocen porque de él dependen sus vidas. Son conscientes que sin él estarían en manos desconocidas, propensas a cualquier peligro.

Si un animal puede entender estas cosas, ¿cómo es posible que el mundo de hoy no lo entienda?

El asalariado vs. el buen pastor

Sin Jesús estaríamos perdidos. Ya el ladrón hubiese acabado con este mundo si Jesús no hubiese dado su vida. Es más, en nuestra vida personal, cuantas veces Jesús nos ha protegido sin que lo sepamos, o en cuantas ocasiones hemos recibido sus bendiciones y las reclamamos como consecuencia de nuestras acciones y no le agradecemos a Dios.

Todo lo que somos hoy, es gracias al cuidado de nuestro buen pastor, sin su bendición y cuidado no podríamos vivir en este mundo en guerra. Pero gracias a su cuidado podemos vivir aquí sin a veces darnos cuenta del conflicto en el que estamos.

Todo esto es trabajo del buen pastor. Garantizar que sus ovejas además de vivir lo puedan hacer de manera abundante.

El asalariado, a diferencia del ladrón, es aquella persona que aparenta ser un buen pastor, aparenta cuidar del rebaño, pero solamente está allí por el beneficio temporal que pueda conseguir. Una vez que llega la primera prueba, sale a relucir su verdadero carácter y abandona a las ovejas a su suerte.

El asalariado representa aquí a todos aquellos líderes religiosos que no siguen las palabras de Jesús. No están dispuestos a colocar su vida por los principios de Jesús ni la verdad del evangelio, mucho menos lo van a hacer por el pueblo de Dios.

El asalariado ya ha vendido su fe, ya que no sigue fielmente a Jesús. El único motivo por el que aún permanece en el rebaño es porque no ha llegado la dificultad. Pero una vez la dificultad llegue y su comodidad corra peligro, va a abandonar su posición y las ovejas quedarán desamparadas.

Jesús y solo Jesús

Decir que dentro de la iglesia de Cristo existen líderes que no son fieles a Jesús no es algo popular, pero es el mismo Jesús quien nos enseña esto. Sería yo un asalariado también si no cumplo con mi deber de decir estas palabras.

Y es por este motivo que tener una relación con Jesús se vuelve algo tan importante en nuestros días. Hoy existe la creencia de que los ministros, sacerdotes y pastores no se equivocan. Y que debemos seguir sus consejos ciegamente para seguir en los caminos de Dios. Pero de acuerdo con las palabras de Jesús, esto no es verdad. (Ver episodio: La verdad os hará libres)

El buen pastor es Jesús y solamente Jesús. Tanto así que el asalariado no es ni siquiera llamado pastor. Todos los líderes religiosos, asalariados o no, fieles, no, necesitan de la salvación como cualquier otra persona. El único intermediario para llegar al cielo es Jesús. Es por eso que Él es la puerta y también el buen pastor.

Vive tu fe

Nuestro Señor ya dio su vida por nosotros, para que tengamos una vida eterna abundante. Así que ahora depende de ti fortalecer tu vida con Jesús. Si nuestro Señor hizo tanto énfasis en este asunto es porque es importante.

Él sabe que en nuestro diario vivir nos vamos a olvidar del conflicto en el que estamos y la única manera de mantenernos en pie es si buscamos a Jesús, nuestro pastor. Solamente así estaremos preparados para enfrentar los constantes ataques del enemigo.

Por lo tanto, no olvides, Jesús es la puerta para nuestra salvación, el buen pastor. El hijo de Dios que ha dado su vida para que tengas una oportunidad de vida eterna, No desaproveches esa oportunidad.

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