Juan 8: 31-38
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:
Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
33 Le respondieron:
Descendientes de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:“Seréis libres”?
34 Jesús les respondió:
De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
36 Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.
37 Sé que sois descendientes de Abraham; sin embargo intentáis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
38 Yo hablo lo que he visto estando junto al Padre, y vosotros hacéis lo que habéis oído junto a vuestro padre.
La verdad os hará libres
Hoy tengo una pregunta para ti, te gustaría que te dijeran la verdad, aunque fuera dura y doliera, o que dijeran mentiras y te engañaran una y otra vez como hacen los maestros falsos que abundan en el mundo.
¿Te gustaría que te arrullara cada mañana como a un bebe recién nacido y solo te dijera lo que quieres oír?
Predicar una mentira y un mensaje popular es muy fácil. Solo tendría que usar algunas frases motivacionales genéricas y listo, hemos encontrado la formula para el éxito.
Pero esto no era lo que Jesús enseñaba, y mucho menos lo que desea que hagamos. Él vino a predicar la verdad y solamente la verdad. Su mensaje era para sacar a las personas de la esclavitud del pecado y los engaños de satanás. (Ver lección: El sacrificio de Jesús)
Pero su mensaje era tan difícil de escuchar para el pueblo Judío, que los dirigentes deseaban matarlo con todas sus fuerzas. Sus discípulos estaban tan preocupados por quien sería el mayor entre ellos, que ni siquiera se daban cuenta de que Jesús les había profetizado ya tres veces distintas sobre su muerte.
Y la multitud no se quedaba atrás, la mayoría solo lo buscaban por el beneficio temporal de recibir sanidad de alguna enfermedad, o algún tipo de bendición.
Un cristianismo falso
Pero dejar atrás el pecado, para que, si los predicadores famosos no lo enseñan. Volver a las enseñanzas antiguas de Dios para que, si las doctrinas actuales de los hombres son supuestamente mejores.
Para que seguir la senda angosta, si puedo seguir lo que hace la mayoría. Por algo debe ser popular, si tanta gente lo hace, debe ser por algo.
¿Te suena similar algo de esto?
Por supuesto, porque la misma religión falsa que practicaban los judíos en los días de Jesús, es lo que se enseña hoy en día.
Ya el apóstol Pablo hablo de esto cuando le escribió a Timoteo lo siguiente:
2 Que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, 3 pues vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Comezón de oír
Esto es justo lo que ocurre hoy en día. La gente no quiere oír la verdad. Y cada cual busca al maestro o líder espiritual que enseñe lo que desean escuchar. Prefieren escuchar todo tipo de fábulas vacías que escuchar y vivir la verdad del evangelio.
Como dijo Pablo, el mundo cristiano de hoy tiene comezón de oír, pero no de oír la verdad de las palabras de Jesús, sino ser arrullados cada mañana con la mentira de que viviendo una vida falsa, llena de falsas doctrinas van a agradar a Dios.
Y esto no es verdad.
Es por eso que mi invitación para ti es a que busques con diligencia que enseña la Biblia y vivas de acuerdo a eso. La única manera en que podremos ser verdaderamente libres, es si permanecemos en la palabra de Jesús, solo entonces aceptaremos la verdad y seremos libres.
La Biblia llama a este cristianismo falso Babilonia.
Todas las iglesias, pastores, sacerdotes y líderes religiosos que enseñan cosas alejadas del evangelio eterno, contrarias a la palabra de Jesús, hacen parte de Babilonia.
Y esta es la verdad presente. ¡Debemos salir de Babilonia!
Debemos volver a las palabras de Jesús, permanecer en ellas, y solamente entonces seremos verdaderamente Sus discípulos.
Jesús le mostró al apóstol Juan cuál sería el final de Babilonia.
Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. 2 Clamó con voz potente, diciendo:
¡Ha caído, ha caído la gran Babilonia!
Se ha convertido en habitación de demonios,
en guarida de todo espíritu inmundo
y en albergue de toda ave inmunda y aborrecible,
3 porque todas las naciones han bebido
del vino del furor de su fornicación.
Los reyes de la tierra han fornicado con ella
y los mercaderes de la tierra se han enriquecido
con el poder de sus lujos sensuales.
4 Y oí otra voz del cielo, que decía:
¡Salid de ella, pueblo mío!,
para que no seáis partícipes de sus pecados
ni recibáis parte de sus plagas,
5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo
y Dios se ha acordado de sus maldades.
¡Salid de ella, pueblo mío!
Jesús nos invita con urgencia que salgamos del error. Y esa es la verdad presente para nuestros días. Yo puedo hablarte hoy muchas cosas, y arrullarte como a un bebe para te sientas contenta y contento, listos para iniciar un nuevo día. Pero sería un mentiroso al hacerlo.
Notemos que hay una voz que sale del cielo y dice: ¡salid de ella pueblo mío! Dios es muy claro.
Este mensaje no es en contra de las personas, Dios ama a sus hijos, a todas aquellas personas que con sinceridad lo buscan y justo ahora se encuentran en Babilonia, adorando demonios en vez de adorarlo a Él.
Este mensaje es en contra de un sistema religioso dominado por Satanás. Es en contra de la iglesia católica, que se ha convertidoen habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo.
Es en contra de todas las organizaciones que se hacen llamar cristianas, pero tienen engañadas al pueblo de Dios, enseñando doctrinas falsas.
Jesús desea que salgas del error, tú que eres pueblo de Dios, que lo adores de verdad. Él conoce tu corazón y sabe si lo estás buscando con sinceridad.
Y si verdaderamente quieres ser un discípulo de Jesús, debes salir de Babilonia, de lo contrario recibirás la misma recompensa que ella.
Y esta, es la verdad. Te guste o no, esta es la verdad.