Lucas 17: 7-10
7 »¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: “Pasa, siéntate a la mesa”? 8 ¿No le dice más bien: “Prepárame la cena, cíñete y sírveme hasta que haya comido y bebido. Después de esto, come y bebe tú”? 9 ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
Siervos inútiles somos
La vida de un siervo en los días de Jesús no era muy diferente a la que tienen la mayoría de personas hoy en día. La mayoría de nosotros debemos trabajar de alguna manera para llevar alimento y un sustento a nuestras familias.
Y es muy grato tener la bendición de trabajar en lo que te gusta. Levantarte todos los días y dedicarte a hacer algo que amas es una bendición.
Pero qué difícil es trabajar cuando solo se hace por obligación. Y creo que la mayoría de nosotros nos podemos identificar con eso. Todos de una u otra manera deseamos hacer lo que nos gusta. Y odiamos hacer lo que no nos gusta. Pero en ocasiones lo hacemos solamente porque nos toca.
Trata de recordar el peor trabajo y la peor experiencia laboral que has tenido. En especial aquellos sitios donde el ambiente laboral es muy malo y difícil tanto, que ni siquiera deseas ir a trabajar.
Ojalá te quede difícil imaginarlo. Pero la realidad es que ese es el caso de millones y millones de personas que diariamente van a trabajar únicamente porque les toca, porque necesitan dinero para sobrevivir. No les gusta su trabajo, pero de igual manera tienen que ir.
Siervos por obligación
Lo triste de esto es que para muchas personas esa es su relación con Dios. Como un trabajo al que no quiero ir. Algo que solo se hace para que a fin de mes me paguen un salario, de lo contrario no lo haría.
Pero nuestra relación con Jesús no debería ser así, porque Dios ha hecho por nosotros todo lo posible para nuestra salvación. Jesús mismo ya murió por nosotros, nos rescató del pecado. Antes éramos esclavos de satanás subyugados al pecado de por vida y hasta la muerte, pero ahora, gracias a Jesús, somos salvos. Todos tenemos una oportunidad de vida eterna gracias a Él. (Ver estudio bíblico: El sacrificio de Jesús)
A esto es a lo que se refiere Jesús con esta parábola.
Nuestra relación don Dios no puede ser un contrato de conveniencia donde hacemos lo que dice la biblia simplemente porque nos toca, sin verdaderamente, vivir el evangelio de Jesús.
Cuando hacemos eso somos siervos inútiles. Porque no seguimos a Dios por amor, sino por costumbre. Notemos la respuesta que da Jesús a su propia pregunta:
9 ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”.
Siervos por amor y no por conveniencia
Jesús quiere que busquemos a Dios por amor y no por conveniencia o porque me toca.
Así no funciona el amor.
Cuando amas a una persona eres capas de hacer mucho más de lo que te toca. Y nunca vez las cosas que haces como una obligación. Por ejemplo, un padre o una madre que ama a sus hijos siempre va a estar dispuesto a hacer todo lo necesario para que su hijo esté bien hasta dar la vida si es necesario.
Así como hay personas que trabajan solo porque les toca. También están aquellas que a pesar de las dificultades trabajan por amor y son capaces de hacer los trabajos más difíciles para que sus seres queridos estén bien.
Así debería ser nuestra relación con Dios. Porque así ha sido la relación de Dios con nosotros. Por eso es que Él espera de nosotros que le sirvamos con amor, y no por conveniencia.
Vive tu fe
Leer la biblia, y aprender de Dios debe ser para nosotros un gozo, una diversión. La oración no debe ser una obligación, sino una necesidad. Algo que hacemos porque nos gusta. Como los jóvenes enamorados, que a toda hora quieren estar justos y hablar en todo momento. Así mismo debería ser nuestro amor por Dios.
Por eso hoy quiero invitarte, una vez más, a que fortalezcas tu relación con Dios y tu vida espiritual. No seas un obrero inútil, más bien sírvele a Dios con amor. No temas en entregarle a Él tu vida y trata siempre de compartir lo que Dios ha hecho por ti con otras personas.
Nunca olvides que en la viña del Señor siempre habrá un lugar para los que quieren trabajar por amor.
Esta reflexión que has leído hace parte de nuestro podcast Reflexiones Bíblicas Luz en mi Camino. No te pierdas ningún episodio y síguenos en Amazon Music o en la aplicación de podcast de tu preferencia.