El juicio investigador

El juicio investigador

El juicio investigador

Muchos cristianos hoy en día creen erróneamente que el juicio de Dios, iniciará únicamente al final de la historia. Pero la Biblia enseña en múltiples ocasiones, que dicho juicio ocurre antes de la segunda venida de Jesús. (Apocalipsis 22:12)

El juicio investigador en el cielo

Cuando Jesús regrese, volverá a dar a cada uno la recompensa que ha sido determinada en el juicio.

La palabra de Dios es tan específica en los detalles en cuanto al Juicio, que nos indica aún la fecha de inicio. Por lo tanto, en esta lección iniciaremos estudiando cuando comenzó el Juicio, y luego continuaremos estudiando los detalles que nos muestra la Biblia, sobre como avanza hoy el juicio en la corte celestial.

El juicio y la profecía más larga

Como es nuestra costumbre, te invitamos a que ores siempre antes de estudiar la Biblia.

En el capítulo 8 del libro de Daniel Dios dejo para nosotros la profecía de tiempo más larga de la Biblia, y al final de esta profecía, encontramos el inicio del juicio investigador. Por este motivo, iniciaremos estudiando esta profecía, y luego continuaremos con el juicio.

El macho cabrío representa a Grecia, y el gran cuerno es un símbolo de su primer rey, Alejandro el Grande. Los cuatro cuernos representan los cuatro generales que se encargaron del imperio cuando Alejandro murió.

El “cuerno pequeño” que persiguió al pueblo de Dios y que pisoteó las cosas sagradas, representa a Roma; ambas, pagana y papal. Ningún otro poder llegó a ser extremadamente poderoso, excepto Roma quien siguió a Grecia. (Ver lección: El sueño de Nabucodonosor)

Serían 2,300 días. Este es el período profético más largo de la Biblia, pero el punto de partida no se da, sino hasta el siguiente capítulo en Daniel 9:25.

Daniel quedó tan profundamente afligido por lo que estaba por sobrevenir sobre el pueblo de Dios, que se desmayó y enfermó por algún tiempo. Pero al principio ni Daniel ni sus amigos entendieron la parte de la visión de los 2,300 días.

Varios años después de la visión de Daniel acerca de los 2,300 días, un ángel del cielo voló velozmente a su lado para ayudarlo a entenderla.
El ángel, además, expandió la visión para incluir las 70 semanas proféticas que estaban “determinadas” o separadas para los judíos y la ciudad de Jerusalén. Dios estaba dando otra oportunidad a su nación elegida; 490 años de oportunidad para cumplir su cometido de presentar el Mesías al mundo (Daniel 9:23, 24).

El ángel le dijo a Daniel que comenzara a contar la profecía de los 2,300 días y las 70 semanas a partir del decreto para restaurar y reedificar a Jerusalén.
El pueblo de Dios, para este tiempo estaba cautivo en Persia, y el decreto fue dado en el séptimo año del rey Artajerjes, quien comenzó a reinar en el 464 A.C. (Esdras 7:7). El decreto de Artajerjes en el 457 A.C. fue el único que especificó la restauración y reconstrucción de Jerusalén.

Sí, ocurrió. Aquí hay un milagro fantástico. ¡Cientos de años antes de que Jesús fuera ungido con el Espíritu Santo, este evento fue predicho en la profecía!

Mesías es la palabra hebrea para “Ungido”, y la palabra “Cristo” es el equivalente en griego. Hechos 10:38 dice que Jesús fue ungido con el Espíritu Santo. Lucas 3:21,22, dice que este ungimiento especial por el Espíritu Santo ocurrió en el momento de su bautismo.
Ahora recordemos que en la profecía bíblica, un día profético equivale a un año literal (Ezequiel 4:6) (Números 14:34). Sumando 69 semanas, o 483 días proféticos (69 x 7 = 483) al año 457 a.C. donde comenzó la profecía, nos lleva al año 27 d.C.

Jesús comenzó su ministerio como el Mesías después de su bautismo en el año 27 D.C. exactamente 483 años después del decreto dado en el 457 A.C.
Es por eso que Jesús comenzó a predicar, después de su bautismo, que “el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado(Marcos 1:15). Él estaba hablando del tiempo de la profecía en Daniel 9:25.

La profecía a continuación predecía que Jesús sería “cortado” o crucificado a la mitad de la última de las 70 semanas proféticas.
Contando tres años y medio a partir de su ungimiento, en el otoño del 27 D.C., nos lleva a la primavera del 31 D.C., que es exactamente cuando Jesús fue crucificado.

Al momento de morir, el velo del templo se rasgó en dos partes de arriba a abajo, indicando que Jesús con su muerte, como el Cordero de Dios, había hecho cesar el sistema de sacrificios.

Pero Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
51 Entonces el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se partieron

Jesús insistió en que sus discípulos predicaran primero a los judíos, porque a ellos todavía les quedaban tres años y medio de sus 490 años de oportunidad para arrepentirse, aceptar y proclamar al Mesías.

En Daniel 9:27, la profecía dice que Jesús confirmaría el pacto, o el gran plan de salvación con muchos por una semana profética (siete años literales). Pero Jesús fue crucificado a la mitad de la última semana asignada a su nación elegida. Por lo tanto, ¿cómo podía confirmar el pacto con ellos después de su muerte?

La respuesta se encuentra en Hebreos 2:3: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”.
Los discípulos de Jesús predicaron a los judíos por los 3 años y medio restantes, hasta que la nación rechazó oficialmente el mensaje del evangelio en el 34 D.C., cuando Esteban, un diácono justo, fue apedreado públicamente.

Jesús expresó claramente que la posición especial de la nación judía les sería quitada si el pueblo persistía en rechazar al Mesías.

Para el año 34 D.C., con el apedreamiento de Esteban (Hechos 7:58-59), la nación judía literal dejó de ser la única nación escogida por Dios. Debido a que ellos persistentemente rechazaron a Dios y su plan para ellos, la nación de Israel ya no es más el foco de la profecía en el tiempo del fin.

Ahora todos los que aceptan a Jesús, judíos o gentiles, son su pueblo escogido, y las promesas que Dios hizo al Israel literal se aplican ahora al Israel espiritual (Romanos 9:6-8).


Desde el año 34 D.C. todavía quedaban 1,810 años de los 2,300 días proféticos. Sumando 1,810 años al 34 D.C., nos lleva al otoño de 1844.

El ángel dijo que en ese tiempo el santuario celestial sería purificado (el santuario terrenal fue destruido en el año 70 d.C.) Jesús nuestro Sumo Sacerdote en el cielo (Hebreos 4:14-16) (Hebreos 8:1-5), comenzó a borrar los registros de pecado del Santuario Celestial (Hechos 3:19-21) en 1844. Esta es la primera fase del juicio, también llamado el juicio previo al advenimiento, porque tiene lugar antes de la segunda venida de Jesús.

Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

En esta fase del juicio son considerados solamente aquellos que reclaman ser hijos de Dios.

Las evidencias en el juicio vienen de los libros que Dios tiene guardados, los cuales contienen todos los detalles de la vida de una persona (Salmos 56:8). Los Diez Mandamientos, la Ley de Dios, son la norma que Dios aplicará en el juicio (Apocalipsis 22:14).

¡No! Satanás es el único acusador. Desafortunadamente, algunos cristianos piensan que Jesús está tratando de convencer al Padre para que nos libere durante el juicio, pero Jesús dijo, “El Padre mismo os ama” (Juan 16:27).

  • Jesús es nuestro abogado (1 Juan 2:1) 
  • Nuestro juez (Juan 5:22). 
  • Y el testigo fiel y verdadero (Apocalipsis 3:14). 

Gracias a Dios que no. En el juicio, Jesús es el abogado, juez y testigo del cristiano. Si tú vives para Jesús, no hay forma en que puedas perder (Romanos 8:1) (Colosenses 1:12-14).

Vive tu fe

Que solemne pensar que justo en estos momentos Jesús está en el cielo como Juez, Testigo y Abogado oficiando en el juicio en nuestro favor.
Esta parte del juicio es en nuestro favor, con el objetivo de mostrarle a los mundos no caídos quienes recibirán la salvación y serán rescatados del pecado.

Esto debería llenar de alegría nuestras vidas, e inundar de gozo nuestros corazones. Por que muy pronto, el que ha de venir vendrá y recibiremos de su parte la vida eterna preparada para nosotros desde la fundación del mundo.

La Semana Flotante

Estudio adicional


Algunos estudiosos de la Biblia separan la última semana (o siete años literales) de la profecía de 490 años dada en Daniel y la aplican al trabajo del Anticristo al final de los tiempos y a una tribulación de siete años. No hay apoyo bíblico para esta falsa doctrina.

Repasemos algunos datos:

A. La profecía de 490 años es un período de tiempo continuo, así como los 70 años de exilio del pueblo de Dios es mencionado en Daniel 9:2.

B. El punto de partida de los últimos siete años de la profecía fue el bautismo de Jesús (27 D.C.). Por esta razón comenzó a predicar, “El tiempo se ha cumplido”. Marcos 1:15.

C. En el momento de su muerte en la cruz, en la primavera del año 31, Jesús clamó, “Consumado es”. El Salvador aquí se refería claramente a las predicciones de su muerte hizo en Daniel capítulo 9. Son los siguientes:
1. “El Mesías” sería “cortado” o crucificado (versículo 26).
2. Iba a “cesar el sacrificio y la ofrenda a cesar” al morir por todos como el verdadero Cordero de Dios (versículo 27, 1 Corintios 5:7; 15:3).
3. Él “expiar la iniquidad” (versículo 24)

Su venida como el Mesías anunciado, justo a tiempo, probó todas las fechas, tanto los 490 años, como también la profecía de los 2300 años.

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