El milenio y la segunda venida

El Milenio


Aunque el término “El milenio” no aparece literalmente en la Biblia, su definición, es decir, mil años, aparece relacionada con el reino de los cielos y la segunda venida de Jesús.

En esta lección estudiaremos que enseña la Biblia sobre los mil años (El milenio), cuando empieza y termina, y qué eventos se relacionan con este periodo de tiempo en la Biblia.

Como es nuestra costumbre, quiero invitarte a que ores antes de iniciar este estudio, y le pidas al Padre toda la sabiduría necesaria para estudiar su palabra.

La segunda venida de Jesús
El milenio inicia en la segunda venida de Jesús

Los mil años de Apocalipsis 20 con frecuencia es llamado el milenio. Esta es simplemente una composición de dos palabras del latín: “milli”, que significa “mil”, y “annum”, que significa “años”.

La segunda venida de Jesús y la resurrección de los justos dan inicio a los 1,000 años. Los santos de todas las edades (descritos como “bienaventurados y santos” en el versículo 6) serán levantados en esta primera resurrección.

El milenio y la segunda venida de Jesús

El inicio del milenio coincide con la segunda venida de Jesús, así que estos dos eventos comparten las mismas señales y acontecimientos. Por lo tanto, el mismo terremoto y granizo que cae en la segunda venida se describe al inicio de los mil años.

Además de la resurrección, los santos que están vivos son transformados y reciben el cuerpo glorioso de Jesús. Los impíos que están vivos son destruidos por la gloria de Jesús. Y satanás es atado en el planeta, ya que todos los seres vivos han muerto y solo quedan él y sus demonios.

La segunda resurrección general es la de los impíos, y tendrá lugar al final de los 1,000 años.

Jesus y el milenio

La tierra será totalmente devastada por el terremoto y la tormenta de granizo que ocurrirán en la segunda venida de Jesús. Será dejada completamente desolada y vacía; en tinieblas, como al inicio de todas las cosas en la creación.

Los muertos yacerán esparcidos a lo largo de la superficie terrestre, sin que nadie esté de luto, porque no quedará nadie vivo. Todos los santos estarán en el cielo, y todos los impíos estarán muertos.

El juicio y el milenio

Durante el milenio los santos estarán en el cielo, participando del juicio. Ellos no decidirán quien se salvará o quien se perderá, porque eso habrá sido ya determinado por Dios. Ellos simplemente confirmarán los juicios de Dios. “Porque tus juicios se han manifestado” (Apocalipsis 15:4).

En esta parte del juicio podremos confirmar que todos los juicios de Dios han sido perfectos. La justicia del castigo de Dios a los impíos será afirmada, así como también la recompensa para los justos.

11 El que es injusto, sea injusto todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es justo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más todavía.
12 »¡Vengo pronto!, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Esta fase del juicio es en favor de los santos. Por ejemplo, supongamos que al llegar al cielo descubres que tu amado pastor o sacerdote no están allí, como esperas que así suceda.
¡Pero reconoces allí a un famoso criminal! Posiblemente necesites una explicación. Dios nos mostrará todas las cosas que ocurrieron desde la creación del primer ser vivo, y podremos ver por qué los justos fueron salvados, y por qué los impíos perecieron.

Al final de esta fase del juicio, todos estaremos totalmente convencidos de la justicia, el amor y el trato imparcial de Dios para con todos. Los justos declararán: “Porque sus juicios son verdaderos y justos” (Apocalipsis 19:2)

Al final del milenio, la nueva Jerusalén juntamente con los santos, descenderá del cielo y se asentará en lo que hoy es el Monte de los Olivos. El Señor allanará la tierra creando un gran valle para que se coloque allí la ciudad.

Después de la resurrección de los impíos, Satanás quedará libre una vez más para engañarlos y manipularlos.

Satanás engañará a la gente con la creencia de que él fue echado injustamente del cielo, y que ahora junto a ellos podrán capturar la ciudad y tomar el control de la misma. Dándose cuenta de que son excluidos de la santa ciudad, los impíos organizarán un ataque para conquistar la Nueva Jerusalén.

El trono de Dios aparecerá repentinamente en los cielos por encima de la ciudad, y comenzará la fase final del juicio. El ataque a la ciudad de Dios es detenido instantáneamente. Los libros serán abiertos, y la vida de cada persona pasará ante Él. Todo estará abierto para que los impíos y los justos lo vean

Porque nada hay encubierto que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.

Los impíos admitirán abiertamente que Dios ha sido equitativo y justo y que trató desesperadamente de salvarlos, pero ellos eligieron rechazarlo abiertamente y vivir una vida malvada. Después de esta confesión universal, la controversia del pecado habrá sido establecida para siempre, y será seguro darle a cada uno su recompensa.

El fuego de Dios caerá sobre los impíos y formará un inmenso lago de fuego alrededor de la ciudad de Dios. Este fuego los tornará en cenizas (Malaquías 4:3). El diablo no tendrá control sobre este fuego, que se llama infierno.

Por el contrario, él y sus ángeles estarán en el lago y serán convertidos en cenizas (Apocalipsis 20:10)(Ezequiel 28:18). No habrá resurrección de este fuego, lo cual es llamado la segunda muerte (Apocalipsis 20:14).

Después del milenio, los santos podrán contemplar a Jesús crear nuevos cielos (atmósfera) y una tierra nueva perfecta, donde el pecado jamás se asomará otra vez (Nahúm 1:9).

Dios va a restaurar en toda su gloria el paraíso que Adán y Eva perdieron por el pecado. ¡Paz, gozo, amor, y felicidad perfecta descansarán sobre el pueblo de Dios para siempre!

Dios el Padre y Dios el Hijo vivirán con los santos en la tierra nueva. Después del milenio, nuestro planeta será la capital del gobierno de Dios.

Esto debería llenar nuestras vidas de esperanza, ya que no importa lo que satanás y sus demonios intenten hacer en esta tierra, nuestra salvación, y la victoria sobre el pecado está garantizada.

Eventos que dan inicio al milenio

  • La segunda venida de Jesús y la primera resurrección
  • La gloria de Jesús, el gran terremoto y la tormenta de granizo destruyen el planeta 
  • Los impíos vivos son destruidos por el resplandor de la gloria de Jesús
  • Esta misma gloria transforma a los justos vivos y les otorga el cuerpo glorioso de Jesús
  • Todos los justos son llevados al cielo

¿Qué ocurre durante el milenio?

  • Los santos participan en el juicio de los impíos
  • Satanás y sus demonios se ven obligados a permanecer en esta tierra desolada y vacía. 
  • No hay vida sobre el planeta tierra

¿Qué ocurre después del milenio?

  • Jesús regresa con los santos y la nueva Jerusalén sobre el monte de los olivos
  • Los impíos son resucitados. Esta es la segunda resurrección
  • Satanás engaña a los impíos para que ataquen a la nueva Jerusalén
  • Todos los impíos son juzgados y aceptan la justicia de Dios
  • Todos los impíos, incluyendo Satanás y los demonios son destruidos en el lago de fuego
  • Dios crea un cielo nuevo y una tierra nueva
  • La tierra se convierte en la nueva capital del universo 

¿Qué es el abismo adonde es arrojado Satanás durante el milenio?


El término “abismo” de Apocalipsis 20:1 es a menudo mal entendido. Se traduce de la palabra griega “abusos”, la raíz de la palabra inglés “abyss”. En el Antiguo Testamento griego, esta palabra se utiliza para referirse a la tierra sin forma y oscura, como lo era antes de la Creación.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

La palabra “abusos” se utiliza de nuevo en Lucas 8:31 para ilustrar una condición donde los demonios no tienen a nadie para poseer o manipular.
Durante el milenio, el diablo es encadenado por las circunstancias, “para que no engañase más a las naciones” Apocalipsis 20:3.

Sin nadie a quien tentar

Una cadena literal nunca pudiera encadenar a un ser espiritual. Solo una cosa le impediría tentar a las personas, y es, ¡que no hay personas vivas!

Cuando venga Jesús, los impíos serán todos destruidos y los justos llevados al cielo, por lo cual Satanás y sus ángeles serán confinados a este planeta con nadie para tentar. Durante los 1,000 años recorrerán y contemplarán el fruto de su rebelión.

Es de esta manera, que Satanás y sus demonios serán atados. “Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días” Isaías 24:22.

Vive tu fe

Que hermoso poder hacer parte del reino de Jesús, un reino que ha sido preparado para nosotros desde la fundación del mundo.
Si Dios ha preparado todo esto para nosotros, y la victoria ya está asegurada. ¿Será que existe una mejor decisión que entregarle nuestras vidas a Jesús y vivir por fe en sus palabras?

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